Ruta desde Huelva hasta Cantabria en furgoneta
Este verano decidimos cruzarnos España de Sur a Norte para conocer esta comunidad autónoma de la que tanto habíamos oído hablar. Y no nos defraudó.
Después de preguntar entre nuestra comunidad de Instagram por los lugares que nos recomendaban visitar, elegimos algunos para la escapada de 10 días que teníamos por delante, y teniendo en cuenta que, de los días disponibles, el primero y el último lo teníamos que destinar al trayecto que nos separaba: esos más de 850 kilómetros.
Aunque al principio dudamos si hacer una escalda en algún pueblo o ciudad, por la Vía de la Plata, finalmente los niños aguantaron bien y la ida la hicimos en una sola etapa. Saliendo de Huelva por la mañana temprano, parando a comer, merendar y estirar las piernas, por la noche, tras casi las 12 horas de trayecto, llegamos a nuestro destino.
Nos hemos dejado mucho por ver y hacer, pero como siempre pasa cuando el tiempo es limitado, había que escoger. No obstante, estamos muy contentos con los destinos que seleccionamos y el viaje fue todo un acierto. Al final fueron más de 2000 km, que nos supieron a poco, porque además, al final hubo un giro inesperado en el viaje y hubo que improvisar.
¡Empezamos!
Primera etapa: Huelva – Fontibre
Nuestro primer destino en nuestra ruta por Cantabria en furgoneta fue el pueblo de Fontibre. ¿Motivo?
Me encanta el agua, ya sea un lago, un embalse, el mar o un río… y no podía cruzarme España entera y no ir a conocer el nacimiento del río Ebro, uno de los ríos más importantes de España, el segundo más largo y caudaloso.
Después de casi 12 horas de viaje desde Huelva, llegamos hasta el aparcamiento de Fontibre ubicado junto a la oficina de turismo y al centro de visitantes del pueblo. Una zona con 20 plazas, algunas más inclinadas que otras, muy tranquila por la tarde noche y que se ubicaba junto a un restaurante (cerrado cuando llegamos), una zona de pícnic, un pequeño parque para los niños y justo al lado del propio nacimiento. Por lo que era ideal para comenzar la ruta al día siguiente después de descansar.
Nada más levantarnos, nos dirigimos hasta el parque y La Fuentona de Fontibre, donde nace oficialmente el río Ebro antes de empezar a recorrer los 910 km que le separan del Mediterráneo. Un sitio muy mágico (como casi todos por los que hemos pasado).
Datos curiosos sobre el río Ebro
¿Sabías que el Ebro tiene 2 nacimientos?
El oficial en Fontibre y el hidrológico en la falda del Pico Tres Mares, donde recoge las aguas del deshielo de las montañas de Alto Campoo.
“El Híjar lleva el agua y el Ebro la fama”.
Este dicho popular nos sorprendió durante la visita. Y es que, el río Híjar que es un afluyente del Ebro, tiene un caudal muy irregular aunque, en sentido estricto, aporta toda el agua que aflora en Fontibre. Curioso, ¿verdad?
Hicimos a pie todo el recorrido junto al nacimiento, paseamos por las calles del pueblo, nos hicimos muchas fotos por el entorno que era muy bonito y verde y tras pararnos en la oficina de turismo, donde nos recomendaron qué hacer para la tarde, pusimos rumbo a nuestro siguiente destino del primer día en Cantabria.
Argüeso
Por recomendación y teniendo en cuenta que estábamos a tan solo 10 minutos de allí, nos dirigimos ahora hasta la pequeña localidad de Argüeso.
Lo primero decirte que, en nuestro caso, subimos hasta el aparcamiento junto al Castillo, no era muy amplio, pero si pudimos aparcar al haber solo otra furgoneta más y un par de coches. También tienes la posibilidad de aparcar en la plaza del pueblo y dar un paseo andando hasta el Castillo.
Te dejo por aquí las dos ubicaciones de ambos sitios para poder aparcar:
- Parking junto al Castillo de Argüeso.
- Aparcamiento (pequeña explanada), en la zona central del pueblo. Junto a un pequeño parque infantil y desde donde se divisa el Castillo.
La visita al castillo es libre, pero la chica que está en la oficina del mismo hace una breve explicación previa, muy completa e interesante, antes de dejarte que pasees entre sus paredes a tu ritmo. Las entradas tienen precios populares.
Castillo de San Vicente de Argüeso
Justo cuando llegamos, la guía acababa de empezar las explicaciones sobre la historia y las características de este castillo de carácter defensivo y estilo gótico, declarado Bien de Interés Cultural en el año 1983.
➡️ Un Castillo del siglo XIV del que algunos historiadores realmente han visto en él 2 torres sucesivas unidas por un muro formando un recinto, y es que en Cantabria, son más frecuentes las torres, quedando pocos castillos ubicados en las villas costeras. Y es que en Cantabria no hay muchos (o no se conservan)
➡️ Está situado en una zona privilegiada, controlando una zona de paso del ganado (estacional).
➡️ Es uno de los 80 mejores del país, perteneciente al Club de Castillos y Palacios de España.
➡️ Era el emblema y fortaleza del señorío de la Casa de Mendoza.
➡️ Como dato curioso tenemos que, tras las obras de rehabilitación, bajo una de las torres se encontraron los restos de una ermita anterior del siglo IX dedicada a San Vicente. Durante la ruta por el interior podrás ver los restos.
Puedes consultar la página oficial del Castillo de Argüeso aquí, y comprobar los horarios de acceso para cuando tengas pensado visitarles.
Con esta visita se nos echó encima el tiempo del almuerzo. Podíamos habernos quedado en el parking del Castillo y haber comido en la furgoneta con vistas a la zona, pero decidimos bajar al pueblo y buscar un sitio donde aparcar para poder hacer la ruta a pie hasta nuestro siguiente destino.
El Poblado Cántabro
La tarde de este primer día por Cantabria de ruta la dedicamos a hacer una pequeña ruta a pie hasta el Poblado Cántabro.
Con coche puedes llegar hasta un aparcamiento muy cercano al mismo, pero con nuestros vehículos y el estado del camino no es recomendable. Puedes aparcar en el punto que te he dejado más arriba e ir a pie (unos 15 minutos más o menos con los niños).
¿Sabes quién custodia el camino hasta el poblado?
Vacas. Vacas enormes, pastando tranquilamente por las laderas de los montes, a pie de los caminos… ¡Casi me muero!
No, no estamos acostumbrados a andar cerca de vacas, y menos de semejante tamaño. Me parecieron enormes y si te digo la verdad, me asustaron bastante.
Nadie nos había advertido de las compañeras que tendríamos durante el camino, solo nos dijeron que se podía ir a pie, por lo que, presuponíamos que eran inofensivas. Pero juzga tú mismo. Imponer, imponen.
Y viajamos en el tiempo hasta… ¡La Edad de Hierro!
Al final del camino nos esperaba una grata sorpresa, y una de las cosas que más nos ha gustado de nuestra visita por Cantabria en furgoneta: el Poblado Cántabro de Argüeso, un proyecto de arqueología experimental que os recomiendo parar a conocer si estáis por la zona. A los niños les encantará, y probablemente a ti también.
Se trata de una recreación exacta de cómo era la vida hace más de 2.000 años entre aquellas montañas. ¡Una pasada!
El Poblado Cántabro es una reproducción arqueológica que se ha basado en los diversos yacimientos originales que se han encontrado en Cantabria, y se caracteriza porque los materiales utilizados para su construcción, son los mismos que usaron sus antepasados hace 2.000 años.
Los cántabros formaban parte de los pueblos celtas de la península, y gran parte de las tradiciones (modo de vida y costumbres) se mantienen aún hoy.
Un auténtico museo al aire libre para el disfrute de todos los miembros de la familia. Se hace un recorrido circular, guiado, muy ameno, además de contar con actividades y talleres ambientados y basados en la forma de vida de los antepasados cántabros que habitaban aquellas tierras.
Te vas parando por cada una de las casas del poblado, donde te van explicando las costumbres de la época y te van enseñando artículos, joyas, utensilios, recreaciones de piezas… y lo mejor de todo, puedes tocar con tus manos todo. Esto a los más pequeños les encanta.
Puedes consultar la web del Poblado Cántabro para conocer horarios y actividades.
Es un proyecto 100% privado. Y se financian de las entradas (precios populares) y la venta de recuerdos allí disponibles.
Sin duda, esta sería una de nuestras actividades recomendadas para hacer con niños en Cantabria.
Segundo día: Parque de la Naturaleza Cabárceno
Y después de terminar nuestra visita por el Poblado Cántabro, pusimos rumbo al Parque de la Naturaleza de Cabárceno, uno de los lugares que más se repitió entre las recomendaciones que nos dieron. Y no nos extrañó. Estábamos a 1 hora aproximadamente, 77 km de distancia.
Pasamos la noche en el aparcamiento de la entrada Este, junto al lago (Pozo de Acebo), un aparcamiento apto para autocaravanas y furgonetas (vimos también alguna caravana) sin servicios, a escasos metros de una de las entradas al parque.
Profundo contraste si comparamos la noche anterior en el parking de Fontibre, donde dormimos junto a otra furgoneta y este, abarrotado de todo tipo de vehículos viviendas.
Teniendo en cuenta que desde que salimos de Huelva, no habíamos podido parar en ningún lugar con servicios de carga y descarga de aguas, decidimos parar a repostar en una gasolinera que contaba con estos servicios, junto a la autovía, en Argomilla. El sitio lo encontramos a través de la app de park4night.
Si repostas (nosotros aprovechamos) los servicios son gratuitos, si no tienen un precio de 3 euros.
Visita al Parque
Después de nuestra experiencia, estas serían mis recomendaciones:
➡️ Comprar las entradas previamente online en su web.
➡️ Hacer el recorrido del primer teleférico nada más entrar (puedes aparcar a unos pocos metros de la entrada, te lo indican), ya que es el más largo y el que más colas y gente tiene siempre.
➡️ No os perdáis ninguno de los espectáculos si podéis.
En este espacio de unas 750 Ha, ubicado sobre una antigua mina a cielo abierto, podrás encontrar más de 100 especies de los 5 continentes en semilibertad.
20 km de carretera que podrás recorrer en su gran parte con tu casita con ruedas (las zonas inaccesibles para autocaravanas y furgo están indicados y tienes otras alternativas para verlas). Además, cuentan con numerosos aparcamientos dentro del recinto, zonas de recreo, merenderos y varios miradores.
Como a la entrada te entregan un mapa, no tendrás pérdida.
En nuestro caso, hizo muchísima calor el día que estuvimos en el Parque, y la verdad que al tenernos que bajar, hubo zonas que nos la saltamos y otras en la que no paramos demasiado tiempo por el calor que hacía a pleno sol.
Como te puedes imaginar, a los niños les encantó, así que puedo afirmar que fue sin duda otro gran acierto en nuestra ruta. ¡Así nos lo recomendaba todo el mundo!
Este día lo dedicamos al completo a la visita al parque. Una vez terminamos, pusimos rumbo al siguiente destino.
Tercer día: Santillana del Mar
Tercer día y cuarta parada.
¡No nos podíamos perder uno de los Pueblos Más Bonitos de España!
Una localidad donde poder disfrutar de arte prehistórico, vestigios romanos, monumentos medievales (religiosos y civiles), rutas culturales y casonas y palacios barrocos (que sustituyeron a algunas de las antiguas casas y torres del siglo XIV). Buen plan, ¿verdad?
Llegamos por la tarde (ahora te cuento dónde paramos) y decidimos darnos un primer paseo por el pueblo y buscar un sitio para cenar. Y nada más acceder al centro histórico (menos de 5 minutos), nos topamos con la tienda «El Barquillo». Habíamos oído hablar de ella, pero creo que no alcanzábamos a imaginar ese viaje al pasado que se hace nada más traspasar el umbral de la puerta: una grata sorpresa, un lugar donde volverte loco y loca porque no sabes qué comerte (comprar). Chucherías y juguetes «antiguos» que desempolvaban recuerdos de nuestras memorias. No dábamos abastos entre suspiros y «mira» «oh»… La verdad es que no sé quién disfrutó más, si los niños o los padres.
¿Qué ver en Santillana del Mar?
La mañana del día siguiente la dedicamos al completo a recorrer las calles del pueblo. Un lugar repleto de turistas que paseaban tranquilamente por las calles de su casco histórico.
Tienes que pararte a ver:
➡️ La Colegiata y el Claustro de Santa Juliana (del s. XII, de estilo románico): lugar donde se instalaron unos monjes que traían consigo, reliquias de Santa Juliana, mártir durante la persecución de Diocleciano.
➡️ El museo y Fundación Jesús Otero (con una colección particular del autor).
➡️ La Torre de Don Borja (antigua torre y casa de los Barreda-Bracho) y la Casa de Águila y de la Parra (Antiguas casas de los siglos XVI y XVII, transformadas en espacio museístico, para exposiciones temporales de arte y etnografía).
➡️ Cantro Cultural Caja Cantabria-Liberbank: situado en una antigua torre medieval y dependencias del palacio Peredo-Barreda.
➡️ Torres del Merino y de Los Velardes.
➡️ Palacio de Peredo-Barreda: construido a principios del s. XVIII con dinero procedente de México.
➡️ Conventos de Regina Coeli y Dominicas (que alberga en la actualidad El Museo Diocesano, que mantiene una gran actividad de estudio y difusión del patrimonio artístico religioso de la Diócesis), y de San Ildefonso: construidos en el siglo XVII a las afueras de la villa, ante la oposición de los canónigos de la Colegiata.
➡️ La ermita de San Roque.
Y ahora, vamos a «hacer lo típico», pero es que merece la pena. Tu paladar lo va a agradecer. Además de probar platos típicos (nosotros probamos las famosas anchoas y nos encantaron) en alguno de los muchos restaurantes que puedes encontrar recorriendo el centro, tienes que pararte en cualquiera de las tiendecitas que encontrarás y comprar sobaos. En nuestro caso adquirimos una cajita que nos acompañó en las meriendas del resto del viaje, en el Obrador Casa Quevedo. También probamos los helados que, con el calor que hacía, se agradecía.
¿Qué hacer con niños en Santillana del Mar?
Teníamos en mente hacer varias actividades, teniendo como punto base el área de Autocaravanas de Santillana del Mar, pero no pudimos hacer todo lo que quisimos.
Al ser un lunes, no fue posible visitar las míticas Cuevas del Altamira (una pena) y, al haber estado el día anterior en Cabárcenos, decidimos dejar para otro momento la visita al Zoo de Santillana. Así que reservamos la tarde para desplazarnos hasta el Laberinto de Villapresente, una actividad muy divertida para hacer en familia en tu ruta en furgoneta por Cantabria.
Por cierto, cuentan con un aparcamiento pensado para autocaravanas.
Tenenos un reel resumen de nuestro paso por el laberinto.
¿Y dónde pernoctamos en Santillana del Mar?
Este ha sido uno de los descubrimientos y aciertos del viaje.
Lo que pensamos al principio para pasar solo la noche del sábado, se alargó a la del domingo.
Hemos usado el Área de Autocaravanas privada de Santillana: @camperpark_santillana_del_mar .
Está superbién ubicada, cerquita del pueblo y con servicios de agua y luz, si quieres.
En nuestro caso reservamos la primera noche con la APP de Áreas PlaBooking, sin incidencias. (De hecho, hemos repetido en otro punto, ya te contaré).
Los dueños muy pendientes, allí estaban para ayudarte a usar las máquinas si no te apañabas y la estancia fue muy agradable.
¡Lo recomendamos!
Al final alargamos un día más la estancia porque aprovechamos para lavar y comprar para reponer frigorífico y despensa. Llenamos y vaciamos y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino.
Cuarto día: Comillas en autocaravana o furgoneta camper
Como ha sucedido con el resto del viaje, esta vez hemos usado bastante la aplicación de park4nignt y nos hemos guiado por las ubicaciones y recomendaciones que en ella han dejado otros compañeros.
Comillas no entraba en principio en el plan A de ruta, pero al caerse la posibilidad de visitar las Cuevas del Altamira, decidimos pararnos en este pueblo porque era otro de los más recomendados.
Se trata de un pueblo costero, con una playa de arena fina, incluida en el Parque Natural de Oyambre, que descansa sobre suaves laderas.
Una localidad con gran atractivo turístico, de hecho si había gente en Santillana, más nos encontramos en Comillas.
Aparcamos cerca del cementerio, un lugar emblemático, ubicado sobre las ruinas de una iglesia del s. XV y custodiado por una escultura de un ángel.
Después de visitarlo, bajamos hasta el centro para coger el tren turístico. Cuando viajamos con los niños, para nosotros es un indispensable, así descansamos, están entretenidos y hacemos una visita general. Esto nos permite tener una idea de todo lo que podemos ver y a partir de ahí, decidimos donde nos paramos.
Como dato curiosos, puedo contarte que a Comillas, se le conoce popularmente como «la Villa de los Arzobispos», ya que ha sido la localidad natal de numerosos obispos y arzobispos a lo largo de los años.
¿Y qué ver en Comillas?
✔️La Casa Concejo: casa de tipo indiano adquirida por Antonio López y López (Primer Marqués de Comillas).
✔️ El puerto: un puerto con gran pasado minero, ballenero y pesquero, y que en la actualidad ha visto disminuida considerablemente su actividad por el descenso de pescadores.
✔️ El mirador de Santa Lucía: cuenta con una ermita (de la Virgen de Santa Lucia) y desde donde podemos disfrutar de un hermoso paisaje costero.
✔️ Corro San Pedro y Corro Campíos: lugares de ocio (se conocía como Corro, aquel lugar donde se jugaba a los bolos o donde se solía bailar).
✔️ La Fuente de los 3 caños
✔️ Ayuntamientos viejo y nuevo
✔️ El Capricho de Gaudí: palacio modernista del famoso arquitecto catalán.
✔️ El Palacio de Sobrellano: de estilo neogótico-modernista. En su interior destacan magníficas dependencias con chimeneas, vidrieras, artesonados, etc.
✔️ La Capilla Panteón: situado en los jardines de Sobrellano, similar a una catedral en miniatura. Fue el primer edificio modernista de Comillas.
✔️ La antigua Universidad Pontificada: concebida por el Primer Marqués de Comillas como lugar para la formación de los jóvenes sin recursos de la zona.
Y algunos monumentos más. ¡Una pasada! Y como te decía al principio, había muchísima gente, de hecho no pudimos entrar en alguno de estos monumentos por haberse superado el cupo de visitantes. Así que nos quedamos con la visita general al la localidad.
Después de pasear por alguna de las calles más céntricas, e intentar entrar en el Capricho de Gaudí sin éxito, decidimos acercarnos hasta el Centro Cultural «El Espolón» para ver la exposición de los Templarios y otras Órdenes Militares de la Península Ibérica. Antojo de la madre.
Se hacía tarde y no quisimos pararnos más tiempo porque queríamos llegar a nuestro siguiente destino antes de anochecer. El lugar merecía la pena.
Quinto día: Playa de Prellezos en autocaravana o furgoneta camper
¿Será la gente muy exagerada al recomendar este lugar para visitar? Eso pensaba antes de llegar hasta este precioso enclave.
Nos dirigimos hasta una de las playas más hermosas de Cantabria: con aguas de color azul turquesa y unas formaciones kársticas muy llamativas. Y todo, rodeado de verde, mucho verde.
Antonio, que deja en mis manos las rutas, no tenía ni idea a donde íbamos y se quedó con la boca abierta. No es para menos. De verdad, es imposible explicar con palabras el lugar tan especial donde tuvimos la suerte de pasar nuestra penúltima noche en Cantabria.
Fue otro de los lugares más recomendados: La playa de Prellezo y la playa de Barnejo-Bellerín. Y después de haber estado allí, no me extraña.
Llegamos hasta un aparcamiento, que gestionan de forma privada y sin servicios, donde se abonaba por noche justo antes de acceder al recinto. Luego puedes situarte en las zonas habilitadas: la más alta la dejan para los vehículos de mayor tamaño y la hilera inferior para las furgonetas más pequeñas. En este lugar, además de autocaravanas y furgonetas, también hemos visto un par de caravanas.
Viendo las imágenes creo que no hay duda del éxito del lugar ¿no?
Idílico.
Precioso.
Recomendado.
Dormimos solo una noche, pero lo aprovechamos al máximo, ¡¡¡hasta me bañé!!! ¡Yo! (Aunque no lo parezca, soy un poco de secano, de baños cortos y con mucha calor). Pensaba que el agua estaría helada, pero nada en absoluto. Estaba muy buena.
Sexto día: San Vicente de la Barquera en autocaravana o furgoneta camper
Después de nuestro día de descanso y desconexión en la playa de Prellezos, pusimos rumbo a San Vicente de la Barquera, uno de los destinos turísticos por excelencia en la cornisa cántabra, situada en una bahía muy peculiar con forma de doble brazo de mar.
Una villa marinera, de paso obligado en la comunicación entre Asturias y Cantabria, que cuenta con una hermosa ría teñida de colores que le regalan las numerosas barcas y botes que en ella se encuentran.
De nuevo nos guiamos por la app de park4night para elegir donde aparcar: nos dirigimos al parking que hay junto al colegio, teniendo la suerte de llegar justo cuando otra furgoneta se marchaba.
Centramos nuestra visita en la Puebla Vieja de San Vicente, en lo alto de un peñón calizo. Ahí visitamos la Iglesia de Santa María de los Ángeles, el castillo, los restos de la muralla, y el antiguo Hospital de la Concepción. Este conjunto monumental, que cuenta con numerosos edificios de interés, fue declarado BIC de Cantabria en 1987.
Había muchísima gente, como en Comillas y Santillana, no obstante pudimos visitar todo lo que teníamos en mente.
Después de merendar y comprar algunas cosas, pusimos rumbo a nuestro último lugar de pernocta en Cantabria, antes de empezar el viaje de regreso.
Último día en Cantabria
Las previsiones meteorológicas para los siguientes días nos hicieron cambiar de planes, la idea era haber seguido de ruta, pero preferimos adelantar la vuelta, por los riesgos de lluvias fuertes que teníamos para los últimos días, que habíamos destinado a descansar en un camping.
Nos decantamos por usar de nuevo la App de reservas de Áreas Pla Booking APP que tenían una segunda área disponible en la zona.
Nos fuimos hasta Ruente: al área de @campingcarruente
El Bosque de las Secuoyas
Pero antes de contarte cómo era el área, me voy a parar explicarte nuestra aventura en el bosque de las Secuoyas.
Cuando estuve buscando información sobre Cantabria, uno de los sitios que más me llamó la atención era este bosque. El problema: los aparcamientos en la zona, de hecho había leído comentarios de robos en las autocaravanas. La verdad es que me dio mal rollo… pero me moría de ganas de visitar este bosque.
A la ida hacia Comillas pasamos por la zona, pero era imposible aparcar en los dos aparcamientos habilitados cerca del bosque. Había un punto más adelante donde se situaban numerosos autocaravanas y furgonetas, pero estaba demasiado alejado para ir andando con niños. Así que tuvimos que desistir.
Antes de marcharnos rumbo a Huelva, volvíamos a pasar por delante… tenía que volver a intentarlo… estaba convencida de que esta vez sí, podríamos aparcar. Dimos una primera vuelta, pero el único hueco que había libre era el aparcamiento de los autobuses, pero a diferencia con el día anterior, no había ninguno estacionado.
Dimos una segunda vuelta, pero nada. Y entonces Antonio me propuso que me bajara con la niña, y él y el niño se quedaban dentro, aparcados en la zona de autobuses. Si llegaba uno, ellos se quitarían o si se hacía algún hueco (había dos autocaravanas un poco más adelante) aparcarían allí.
Así que me fui corriendo con la niña hasta el bosque y fue una pasada.
Un bosque de unos 2,5 ha de superficie, que cuenta con 848 ejemplares, de 36 metros de altura de media y 1,6 metros de perímetro.
Las Secuoyas del Monte Cabezón son un Espacio Natural Protegido, declarado monumento Natural e incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria:
- Se plantaron en la segunda mitad de los años cuarenta del siglo pasado.
- Su existencia responde a las circunstancias concretas de aquella época, en la que se buscaban especies madereras más adaptadas a las necesidades de la productividad industrial.
Nos hubiera gustado estar más tiempo, haber hecho alguna ruta de senderismo, de las que se podían hacer en la zona, pero había dos miembros de la familia dentro de la furgo, así que nos volvimos una vez cumplido mi objetivo.
Camping park Ruente
Como ya te he contado, pasamos la última noche aquí. Es un área vigilada, mecanizada, con muy buen acceso y entre montañas. El área contaba con todos los servicios, incluido lavandería y lavadero. Tenían mesas tipo pícnic disponibles junto a cada parcela y zona de parque para los más pequeños.
Estuvimos muy a gusto y tranquilos. Y los niños se lo pasaron pipa en los columpios y jugando con otros críos.
Y este día dimos por finalizada nuestra ruta por Cantabria. Nos hemos quedado con muchos puntos por visitar, algunos que estaban en nuestros planes, pero que hubo que cambiar en el último momento por las lluvias. Como siempre digo, así tenemos la excusa para volver…
Al día siguiente poníamos rumbo a Valladolid para ir robándole km al camino de vuelta. Día y medio de relax que nos habíamos reservado para pasar en el Camping el Astral de Tordesillas junto al río Duero, antes de marchar hasta Huelva.
Un viaje de grandes contrastes, de mucha historia, naturaleza, visitas, actividades para mayores y niños y que nos ha dejado un magnífico sabor de boca.
Y es que Cantabria es una comunidad amiga del turismo itinerante, o al menos eso es lo que nosotros hemos percibido. No hemos tenido ningún problema para aparcar, usar servicios y a pesar de ir en pleno agosto, pudimos disfrutar de todo lo que decidimos hacer sin problemas.
¿Te ha gustado?, ¿conocías Cantabria?, ¿qué me recomiendas para la próxima vez que subamos?
¡Nos vemos por Huela!
Fuentes: Santillana del Mar, Patrimonio de la Humanidad – Ayuntamiento de Santillana del Mar; www.turismodecantabria.com; www.comillas.es; www.pobladocantabro.es
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